Mi nombre es Virginia. Soy una persona inquieta, dinámica, interesada en el aprendizaje y en la búsqueda del conocimiento en mi profesión y en todo lo que me aporta. Comencé hace 28 años a dedicarme al tratamiento del cuerpo y la belleza. Disfruto plenamente de mi trabajo porque me encanta el trato directo y personal con el público, dado que me permite ayudar a sacar el mejor partido de cada persona.
Soy un alma que, como otras, busca respuestas y soluciones y no se conforma con lo que encuentra en la superficie. Me apasiona el conocimiento de la mente humana y su relación con la búsqueda de la felicidad. Creo profundamente en la capacidad de las personas para aprender, evolucionar y trascender. Nuestro ser interior es nuestra brújula que nos guía por los caminos de la vida y el sentir. Estamos aquí para vivir el maravilloso regalo que es la vida dando lo mejor de nuestro ser.
Te ofreceré mi experiencia, amor y sencillez para acompañarte, servirte y ayudarte a sanar. Lo único que importa es el amor que das (amarte y amar). Cuando entendemos el juego y el rol de la vida empezamos a sentir un éxtasis de ver que eres uno con todo, entonces es cuando el universo conspira y lo demás se te da por añadidura. La verdad te hará libre y solo por eso empezarás a vivir en plenitud. Quiero acompañarte a cruzar el umbral sin que te asustes de sentir quién eres, enfrentando la incertidumbre.
Hace diez años sentí la llamada de formarme como naturópata para adentrarme en la variedad de prácticas pseudocientíficas calificadas como naturales o no invasivas y que promueven la autocuración. Partiendo de la ideología con métodos de naturopatía que se basan en el vitalismo y en el tratamiento de forma holística, he aprendido técnicas para estimular la capacidad curativa innata del cuerpo y que el mecanismo de equilibrio del cuerpo alcance un buen estado de salud. Para lograr el equilibrio emocional y orgánico mediante la autocuración, he adquirido el manejo de técnicas de fitoterapia, oligoelementos, terapia floral (flores de Bach, flores del Mediterráneo, flores o flores alquímicas), aromaterapia, reflexología podal, Reiki, hidroterapia y nutrición. Aunque ya poseía experiencia en dar masajes por mi profesión como esteticista, profundicé en el mundo del masaje terapéutico mediante el estudio de la reflexología podal y de los masajes kobido, metamórfico, geotermal y con aromaterapia.
Tras practicar taichí durante algún tiempo, comencé yoga. Supuso una experiencia tan poderosa que decidí titularme como monitora de yoga. Realicé un voluntariado que lo concluí debido al Covid. Personalmente, el yoga me ha permitido desconectar de la rutina, relajarme, escuchar a mi cuerpo, moverme, respirar y conectar con mi ser interior. Además, me formé durante un tiempo en meditación y la incluyo en mi rutina diaria junto con el yoga.